Hoy ha sido un día lleno de emociones y significado en nuestro último día en Dalmine. Las actividades de hoy no solo han sido divertidas, sino también un reflejo del espíritu de este intercambio cultural: aprender, compartir y disfrutar juntos.
Por la mañana, los alumnos participaron en un emocionante torneo de ColpBall, un deporte dinámico y único que combina estrategia, coordinación y trabajo en equipo. Fue increíble ver cómo los grupos se esforzaban y animaban mutuamente, creando un ambiente de diversión y compañerismo.
A continuación, vivimos un momento especial al sumergirnos en la tradición cultural de Lombardía. Nuestros estudiantes aprendieron y bailaron música popular de la región, disfrutando de las melodías tradicionales y conectando con la riqueza cultural italiana de una manera diferente y divertida.
Sin embargo, la parte más emotiva llegó al final del día, cuando llegó el momento de despedirnos. Los alumnos, tanto los españoles como los italianos, compartieron palabras de agradecimiento y emoción, reconociendo lo mucho que han aprendido en esta semana. Hablar inglés en un contexto real, conocer una nueva cultura de cerca y, sobre todo, formar amistades con jóvenes de otro país, han sido algunos de los aspectos más valorados por todos.
En cada abrazo y despedida se podía ver el impacto de este intercambio. Lo que comenzó como una experiencia educativa se ha convertido en algo mucho más profundo: un puente entre dos culturas que ha dejado huella en todos los participantes.
Mientras nos preparamos para regresar, nos llevamos los recuerdos de esta increíble semana: las risas compartidas, los momentos de aprendizaje y el cariño de quienes nos acogieron con los brazos abiertos.
¡Gracias, Dalmine, por tu hospitalidad, calidez y por hacernos sentir como en casa! Este intercambio siempre será una parte especial de nuestra historia y de la de nuestros alumnos.